El aceite de coco es multiusos. En cosmética, es un ingrediente muy valorado por sus propiedades protectoras, suavizantes y emolientes sobre la piel.
Pero, cuando se consume como alimento, se trata de un producto que es preferible evitar (excepto en regímenes específicos) porque está prácticamente compuesto por ácidos grasos "saturados" que si bien son indispensables para el organismo, hoy los consumimos en exceso. Además, no contiene ningún mineral y casi no tiene vitaminas.