Benoit, uno de los cofundadores y padre de tres hijos, quería comprar mejores productos alimentarios para su familia. Al encontrarse perdido frente a las etiquetas en medio de esta jungla alimentaria, pensó que sería muy práctico tener una herramienta que permitiese analizar automáticamente las composiciones de los productos.
Habló con su hermano François, y con una amiga suya, Julie, y enseguida les gustó la idea. En febrero de 2016, participaron en un concurso de start-ups, el Food Hackathon. Durante todo el fin de semana desarrollaron el concepto y terminaron ganando el concurso. Convencidos de que su idea respondía a una verdadera necesidad, decidieron dedicarse a tiempo completo a este proyecto.
Al principio, la herramienta que imaginaban no era una aplicación, sino un objeto conectado en forma de zanahoria que servía de imán en el refrigerador. Al darse cuenta de que el objeto no responde completamente a las necesidades y no permite hacer accesible a todos el análisis de los productos, debido a su precio, deciden sustituir el objeto conectado por una aplicación móvil unos meses después.