Según el método de calificación utilizado, que se basa en los criterios del NutriScore, la escala de calificación de las bebidas (leches excluidas) es más estricta en lo que se refiere a las calorías y al azúcar que para los sólidos.
En efecto, un líquido es asimilado inmediatamente por el organismo y su índice glucémico es elevado. Por ello, las calorías y azúcares de los líquidos se penalizan más duramente.